Todo iba perfecto: la relación ideal, con planes a futuro; todo parece sacado de una película de Disney… Hasta que una propuesta sale a la luz… Mi pareja quiere hacer un trío.
Más allá de tomarlo como una nueva propuesta que podría ser divertida, la inseguridad se apodera de la persona y sus peores miedos se vuelven protagonistas.
¿Acaso ya no me ama? ¿No soy complaciente? ¿Ya no me encuentra atractiva o atractivo? ¿Me va a dejar?
Todas estas preguntas, y muchas más, pueden surgir en cualquier persona luego de que su pareja le pregunte si quiere hacer un trío.
Pero antes de que te imagines el peor final digno de un Óscar para una película de drama, hay que dejar en claro qué es y qué no es un trío.
Ya no estamos en el siglo XIX

Por si no lo habían notado, estamos en el siglo XXI, donde la liberación sexual, tanto de hombres como mujeres, han roto paradigmas para devolverle a la sexualidad la libertad y gozo que se merecen.
Un trío es cuando 3 personas se juntan para tener relaciones sexuales.
Pero va mucho más allá de eso.
Para empezar, cuando se va a tener una de estas experiencias y hay una pareja de por medio, el consentimiento total debe reinar para poder disfrutar de los placeres de tener sexo con más de una persona.
No se puede decir que sí cuando en realidad se quiere decir que no.
Y es que de esto depende el disfrute, pues esta actividad sexual debe considerar que todos por igual deben dar y recibir placer; es un acto de sinergia donde se dejan atrás los tabúes y las personas se entregan a sus instintos más primitivos para llegar a niveles de placer que simplemente no se podrían lograr con sólo 2 personas en la ecuación.
Cuando alguien accede a un trío sin estar completamente segura o seguro (ojo, aquí no entra el miedo o el nerviosismo de la primera vez) puede ser muy peligroso tanto para la relación como para la persona que no quiere, pues seguramente el ‘’consentimiento’’ se dio bajo presión.
Eso ya no es un trío.
No es que no te ame, es que te ama tanto como para experimentar
No es secreto que la rutina es el arma más letal para una relación: el trabajo, los hijos, los problemas familiares, nos alejan de nuestro ser amado y se pierde la llama de la pasión.
Es por esto, que muchas personas le plantean tener un trío a su pareja, pues la emoción de vivir una experiencia nueva, en un contexto totalmente diferente al lecho matrimonial, puede reactivar sentimientos que se creían perdidos u olvidados.
Durante muchos años, la sociedad nos ha hecho reprimir nuestros deseos sexuales para que encajen en el molde utópico donde dos personas que se aman son suficientes para complacer los deseos carnales de ambos.

Sin embargo, esto está muy lejos de ser verdad.
Tener un trío con tu pareja no tiene que significar que ya no le eres suficiente, sino todo lo contrario: que contigo, y sólo contigo, quiere experimentar un abanico de posibilidades sexuales que los pueden hacer muy felices.
No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.

Una simple búsqueda en Google te ayudará a entender que de hecho, esta es una práctica sugerida por expertos en salud mental, ya que reactiva regiones en nuestros cerebros relacionados con el aprendizaje, el autoconocimiento y por supuesto, la sexualidad.
Eso sí: no lo recomiendan si la pareja en cuestión está pasando por una crisis.
Hacer un trío no tiene nada que ver con ‘’salvar mi relación’’, sino de afianzarla y fortalecerla por medio de la confianza cuando ya hay una base sólida que sabes que no se va a tambalear.
Si te encuentras en la situación en la que te das cuenta que ‘’mi pareja quiere hacer un trío’’, la comunicación será la base de que esta experiencia sea algo completamente divertido y enriquecedor, en lugar de ser motivo de ansiedad, desconfianza o miedo al abandono.
Si tu pareja te lo propone, no entres en pánico.
Pregunta abiertamente y con calma las razones de este deseo, cuáles serían las condiciones, el lugar, la persona que se sumaría a su intimidad y lo más importante: si estás lo suficientemente estable, emocionalmente hablando, como para tomar la propuesta con madurez y libertad.
No tengas miedo a experiencias nuevas, recuerda que la variedad y la diversidad, son una de las cosas más geniales que tiene la vida y por supuesto, la sexualidad.