Todos lo hemos visto en los videos: un chorro de agua que sale de las personas con vagina que significa que el orgasmo se alcanzó a un nivel superior. Pero también todos nos preguntamos lo mismo: ¿qué es el squirt?
Hay muchos mitos alrededor de este líquido misterioso.
Que si es falso, que si es orina, que sí es una combinación de varios fluidos…
Por lo general, las personas creemos que el squirt es el nombre común para llamar a la eyaculación vaginal, pero no podríamos estar más equivocados.
El squirt y la eyaculación vaginal son dos cosas diferentes, aunque definitivamente se pueden complementar.
Pero vamos por partes.
La eyaculación vaginal
Las personas con vagina tienen algo que se llama ‘’glándulas de Skene’’. Estas glándulas se localizan a ambos lados de la uretra y por ello también se denominan glándulas uretrales o parauretrales, y la cantidad de líquido que se segrega durante el orgasmo dependerá del tamaño de las mismas.
Definitivamente, no es el chorro que vemos.
La eyaculación vaginal es una secreción más discreta, que muchas veces se libera al mismo tiempo que la lubricación vaginal que se produce durante la excitación.
Por lo general es transparente, aunque también puede ser un poco más espesa y blanquecina y es completamente normal la diferencia (recuerda que cada vagina es un mundo diferente).

Este tipo de fluidos son los más comunes y casi todas las personas con vagina la secretan, sólo que apenas nos damos cuenta porque se libera en cantidades muy pequeñas.
Ahora sí: ¿qué es el squirt?

El squirt consiste en la expulsión por la uretra de un chorro de líquido transparente, que sale de la vejiga y está compuesto básicamente por una mezcla entre urea y otros componentes parecidos a los de la orina, pero a diferencia de esta, no huele y es transparente, como el agua.
Esta es una respuesta natural que genera nuestro cuerpo a la estimulación del clítoris o del área clítoris-vagina-uretra de forma conjunta.
No es orina, pero la sensación que produce cuando va a salir es la misma que tienen las personas con vagina cuando quieren orinar; de ahí que muchas personas se resistan al deseo de liberación del fluido por temor a que sea ‘’pipí’’.
Ahora que estos dos términos quedaron explicados, podemos entender cómo se relacionan ambos con el orgasmo y el placer sexual.
¿Si no tengo un squirt no estoy teniendo un orgasmo?
Definitivamente no.
Un orgasmo no depende de un squirt, ni un squirt depende de un orgasmo, al igual que una eyaculación femenina no está exactamente ligada al momento del clímax.
Como mencionamos antes, la eyaculación vaginal está directamente relacionada con el proceso de excitación y se complementa con la lubricación natural.
Así que esta puede llegar incluso antes del orgasmo o después.
Lo mismo pasa con el squirt.

Las personas con vagina pueden tener un squirt antes o después de un orgasmo, pero este depende directamente del nivel de excitación.
Es muy poco común que se tenga un squirt al mismo tiempo que un orgasmo, pero esto tiene una explicación.
La sensación de querer orinar, y el desconocimiento de que el squirt no es orina, es la principal razón de que muchas personas se ‘’prohiban’’ tener esta experiencia, ya que literalmente piensan que se van a hacer pipí y bloquean la sensación.

La fórmula mágica: ¿cómo lograr un squirt?
Para lograr el squirt es muy importante mezclar la estimulación del clítoris con alguna otra zona erógena, como el punto G, los pezones o incluso los pies.
Esto resultará en una combinación de sensaciones excitantes que tienen como culminación una explosión: el squirt.
Si eres de las personas a las que les cuesta trabajo dejarse ir, tenemos unos consejos.
- Relájate: primero debes estar convencido/a de que lo quieres hacer, así que, relaja tu mente y déjate llevar. Procura disfrutar con cada estimulación.
- Disfruta de toda la experiencia y no pienses en el squirt: querer forzar la reacción te va a distraer y en lugar de disfrutar, te vas a frustrar.
- Lubrícate: eso aumenta la sensibilidad de la zona G y lo hace más fácil.
- Estimula: no importa cómo lo hagas, sino que cuando estimules tu zona G debes ir probando, cambiando el ritmo y la forma de estimular.
- ¡No te olvides del clítoris! El squirt requiere un trabajo en equipo entre la zona G y el clítoris, así que, mientras estimulas uno, no te olvides del otro.
- No te alarmes si sientes ganas de orinar: si buscas conseguir el squirt, es una sensación que seguro sentirás. Esto te servirá como pista para saber qué vas por buen camino.
- Prueba diferentes posturas: algunas permiten una mayor estimulación de la zona G y, por tanto, una mayor facilidad para conseguir el squirt.
¿Listos para la gloria del squirt?
