Cada vez nos acercamos más a una sociedad liberal y de mentalidad más abierta, que se desprende de los tabúes que rodean principalmente los tópicos sexuales, dándonos la oportunidad de incorporar a nuestra normatividad nuevos hábitos e ideologías que nos ayuden a disfrutar de nosotros mismos y de nuestras prácticas. Desafortunadamente las opiniones contrarias se han quedado bien atascadas en nuestras mentes, obstruyendo la posibilidad de ver algo como la visita a un motel, como nada menos que una actividad sucia en todos los sentidos posibles, y es este pensamiento el que nos aleja de una potencial excelente experiencia. Y es que es muy difícil escuchar otra cosa que no sean mitos sobre la visita a los moteles de las voces inexpertas, cosa que en La Moraleja no somos, así que acompáñanos a desmentir un par de estos mitos.
SON LUGARES SUCIOS
Uno de los principales conceptos que se tiene de un motel es su falta de higiene, corriendo el mito de que estos lugares están llenos de bacterias y fluidos, dejando una perspectiva poco atractiva de querer siquiera pisar el cuarto. Lo cierto es que este punto depende mucho de la calidad del lugar. Si vas a vivir la experiencia de ir a un motel, preocúpate mucho por la reputación, regálate a ti mismo la mejor opción y si has escogido bien te darás cuenta de que son lugares bastante adecuados en cuestión de aseo. En La Moraleja limpiamos continuamente las instalaciones, sobre todo después de cada cliente, cambiando objetos por otros nuevos y totalmente limpios, como es el caso de los juguetes, los cuales por supuesto que no se desinfectan y se dejan para el uso del siguiente cliente. Aquí hay que saber que se implementa la venta de juguetes sexuales, un juguete única y exclusivamente para ti que no fue ni será usado por alguien más, así que no te asustes por ello.
LA GENTE VA A HABLAR DE TI
El constante pensamiento de que seguramente alguien conocido te verá entrar y salir del motel y se lo dirá a todos los que conozcas… es algo bastante fatalista. Entendemos tu preocupación, pero recuerda que tú estás ahí para disfrutar de ti y del momento, así que, ¿qué piensas que estaría haciendo la otra persona ahí? Lo cierto es que muy rara vez te encontrarás con alguien conocido en un motel, y eso por supuesto depende mucho de la concurrencia. Date cuenta de cuántos moteles hay, si quieres sentirte libre de inhibiciones visita moteles en otros lugares, varía tus visitas, o simplemente deja de preocuparte mucho al respecto, después de todo ese es el primer paso para sacar del tabú la experiencia de visitar un motel. Sacúdete esa mala fama de que a los moteles solo se va con el o la amante. Las parejas, incluso en matrimonio, pueden querer experimentar la estadía en un motel y eso está bien. Gozar no es malo, opinar sobre otros sí.
PUEDES HACER LO MISMO DONDE SEA
Creer verdaderamente que da totalmente igual dónde lo hagas no sólo desprestigia a los moteles, sino que es bastante incorrecto. No solo se trata de tener sexo donde sea, sino de liberarte, experimentar, vivir la experiencia de forma diferente y con comodidades y posibilidades que supongo que no tienes en tu habitación. Visitar un motel debe ser una oportunidad para desinhibirse, probar cosas nuevas, utilizar lo que te proporciona, el tubo, el potro, el columpio y lo que haya ahí porque es precisamente para eso, para que lo ocupes y te diviertas con ello, y sobre el ruido, no te angusties, porque, aunque existe el mito de que absolutamente todo se escucha en un motel, eso depende mucho del lugar, y si llegas a escuchar algo, recuerda que tu también estás ahí para disfrutar tanto o más que tu vecino de cuarto.
TE ESTÁN GRABANDO
Una de las cosas que más temen las personas es ser observados o peor, grabados mientras disfrutan su momento para luego encontrarse en una página porno, probablemente sugestionados por algún mito urbano, un dudoso testimonio o algún artículo protagonizado por un lugar de mala reputación. Pero recalquemos que todo es cuestión de prestigio y reconocimiento. En La Moraleja siempre nos preocupamos por tu seguridad y tu privacidad, por no mencionar que esos casos mencionados son bastante escasos. No hay un doble espejo donde alguien te esté observando, no hay cámaras ocultas, y nadie más que tú puede entrar a tu habitación, así que tú solo encárgate de disfrutar tu momento y saca a la paranoia del cuarto.
Con todo esto dicho, seguramente todavía quedarán algunas dudas, y es que es difícil erradicar de golpe todos los mitos y la mala fama que tienen los moteles, pero depende mucho de cada uno el alcance de nuestra desinhibición. Preocúpate por ti, de tus necesidades y las de tu pareja, déjate disfrutar y recuerda, siempre ve por la mejor opción.